Sensibilidades y creación artística

La cueva es la naturaleza acogedora y protectora: la madriguera. El arte es mi cueva porque es mi refugio, un espacio que me doy a mí misma para ser, estar y crear.

Se ha hablado muchas veces de la necesidad que tenemos los artistas de buscar nuestro mundo fuera de este para luego volver a mostrarlo en forma de obra artística. Mi experiencia y la de los artistas que conozco cumplen esa premisa. De alguna manera, y cada persona a su estilo, encontramos formas de conectar con nuestro mundo interior para ir integrando en él, mejor o peor, las vivencias del mundo exterior.

Los artistas somos seres sensibles

Los artistas somos seres sensibles en el sentido de que recibimos del mundo, de la realidad exterior a nosotros, muchos estímulos. A veces sentimos que son demasiados o que nos afectan más que a otras personas. Esa sensibilidad hace que busquemos una guarida, una cueva, un lugar donde crear, donde procesar todos esos estímulos y hacer algo con ellos para que no nos desestabilicen demasiado. Quizá esto no se pueda extender como una generalidad, ya que cada uno es un ser individual pero observo que se cumple mucho. Incluso en mi taller, durante mis clases, veo claramente aquellas personas que tienen una parte artista pronunciada. Una de mis funciones en Espacio Creativo La Escalera, es ayudar a que esas partes artistas encuentren formas de expresarse y ser reconocidas.

El «yo artista»

Si pensamos en que dentro de nuestra psique habitan muchos personajes, partes que han ido surgiendo en nuestra historia vital para ayudarnos a manejarnos en este mundo, uno de los que más se manifiesta en mí es mi yo artista.

Y esa parte artista…¿Cómo la atiendo? ¿Cómo me relaciono con ella? Lo cierto es que no siempre puedo facilitarle la cueva, ya que mi ocupación como profesora de cerámica recibe gran parte de mi energía, pero hago lo que les digo a mis alumnos. Si le puedes dedicar cinco minutos, se los dedicas; el día que puedas dedicar una tarde, se la dedicas. Me digo a mí misma: date un momento todos los días, saluda a tu parte artista y dale presencia. A veces sólo con mirar una revista y recortar un par de cosas que me llaman la atención ya me aporta la sensación de estar entrando en la cueva. Es tan poderoso poder crear el camino hacia esa dimensión creadora, y a veces tan sencillo como prestar atención.

La metáfora de la cueva como acceso al mundo interior

Creo que esa cueva es un portal hacia mi mundo interior, donde encuentro la calma. Los paisajes emocionales, tantas veces recorridos, me reciben deseando contarme cosas. Me imagino sentándome en una gran cavidad donde la pared desnuda está hablando con símbolos. Escucho y observo. Pronto se llena de colores y de trazos. Entonces hago algo con eso: una vasija, un collage, una pintura…y la calma se extiende por todo mi cuerpo. Es una sensación maravillosa la de la creación.

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